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El padre de Lee Tae depuso al rey anterior y su padre se convirtió en el rey de una nueva dinastía. Después de sucederlo, Lee Tae comienza a mover los hilos de la corte a su favor, al querer gobernar como un monarca absoluto, pero el viceprimer ministro Park Gye Won se opone a esa idea, en especial, al ungir más poder que el rey.
Mientras tanto, Yoo Jung es hija de una familia noble, quien tras una terrible tragedia, se ve forzada a ocultar su estatus y vivir bajo otra identidad. Hasta que se ve envuelta con el rey y es arrojada a las leyes y reglas de un Palacio, del cual había querido huir.
Los tres pronto caen en un juego de poder, donde cualquier ventaja y victoria representa un desbalance que arroja a la nación al caos, ¿será capaz Lee Tae de gobernar bajo la tiranía o Park Gye Won lo detendrá motivado a lograr construir un reino justo?
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¿Hasta donde uno es capaz de llegar por poder? ¿Tan lejos como para sacrificar a los que amas, o peor aun, sacrificarte a ti mismo por un ideal imposible?. Eso solo lo saben aquellos que, pueden acceder a siquiera pelear por tal poder. Y nuestros protagonistas, han nacido con dicha carga.
Lo que comienza como un trágico relato poco a poco se vuelve una historia sobre las consecuencias inescapables de vivir por y para el poder. La realeza, no importa su origen, siempre se ve envuelta en misterio y obligación, pero pocas veces alcanzamos a comprender las brutales desdichas que sobrellevan. Y aunque a fin de cuentas, la ficción es ficción, eso no nos quita la oportunidad de sentir lástima y desdicha por las historias de aquellos, obligados a vivir bajo el peso de una corona.
Bloody Heart nos permite ver de primera mano esos conflictos, entre lo correcto y lo incorrecto de dirigir una nación, la mayor parte del tiempo, inadvertida de lo que sobrellevan sus soberanos. Y lo hace de manera intima, bien cuidada y actuada. Lo cual, lleva a cualquiera, fan de los dramas de época o no, a disfrutar de una historia intrigante y visualmente placentera.
Nuestro líder es Lee Tae, interpretado increíblemente por Lee Joon, quien se mete en la piel de un rey asustado, desafiante y capaz de hacer lo que sea por lo que cree y quienes ama; incluso sin pensar en las consecuencias. Y aunque es frío, impulsivo y pasional, esas características lo mantienen con vida en medio de la paranoia de poder ser asesinado o traicionado en cualquier instante. Nunca es fácil cargar con la corona, mucho menos si no puedes ungir ningún poder por completo. Eso mismo, es lo que lo motiva a querer deshacerse de su principal enemigo: Park Gye Won, el ministro con mayor poder en la corte; y quien lo busca mantener a raya con tal de que la nación vaya de acuerdo a sus ideales. ¿Quién no se cansaría de ser un títere? A lo largo de la historia, Lee Tae debe aprender que sus acciones tienen consecuencias, y que solo amar no basta. Es satisfactorio verlo encontrar un balance entre sus deseos y la realidad que le ha costado vivir.
Pero quien igual roba pantalla es Jang Hyuk como Park Gye Won, quien nos regala un ministro calculador y autoritario por el cual cuesta sentir simpatía, al menos en un principio. A lo largo de los episodios conocemos su historia y la razón de sus ideales para gobernar Joseon; mismos que le han costado poder amar y tener un día de paz. Pues su nación es toda su razón de ser, lo cual lo lleva a decidir anteponerla siempre, incluso en los peores momentos. Creo que este personaje es un gran ejemplo del precio de la lealtad y el egoísmo, pues aunque sus acciones se justifiquen, no significa que sean del todo correctas. Y eso lo aprende de la peor manera.
La contraparte de ambos es Yoo Jung, una noble, cuya vida da un trágico vuelco en el momento en que es seleccionada para convertirse en Princesa Coronada durante su adolescencia, lo que parece ser una carga ligada al deber, pronto se vuelve una razón para vengarse de quienes la arrojaron a esa vida. Este personaje, presentado como cálido y amable, en realidad tiene dos lados: es empática, justa pero también astuta y fría cuando lo requiere. La desgracia que la marcó le ha hecho convertirse en un personaje gris que mantiene el balance entre el blanco y negro que representan Lee Tae y Park Gye Won, lo cual fue muy refrescante de ver. Pues nadie puede ser completamente de una forma, y la moral puede cambiar en cuanto aquellos que amamos se ven puestos en peligro. Kang Ha Na, en su primer protagónico, logra de maravilla ese balance entre la afabilidad y la severidad. Necesitan dejar de subestimarla y castearla de protagonista mas seguido. Un deleite verla en pantalla.
Eso sí, si no gustas de este tipo de tramas puede resultar tedioso aprenderse de lleno de que va, y sobre todo entender como funcionaba la corte de aquella época. Puede resultar abrumador aventarse de lleno, en especial, si es la primera vez que intentas el género; pero por este kdrama realmente vale la pena intentarlo, y de todas formas, tenemos Google por si algún rango no nos queda de todo claro. Pero, si eres fan de historias sobre realeza y luchas de poder político, este es tu lugar; en lo personal no sentí que decayera en ningún momento y aunque, su final me dejó a deber dos-tres; su desarrollo fue lo suficientemente interesante para dedicarle unas palabras.
Bloody Heart encanta con su cinematografía la cual retrata un relato sobre como decidimos actuar ante el rencor o el despecho, y acerca de las incertidumbres y deberes de reinar una nación, que durante esa época, estaba a la expectativa de las benevolencias o desdichas de líderes obligados a elegir, entre el bien y el mal; que casi siempre se entremezclaban.
gc: kateknowsdramas |
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Calificación
📺📺📺,8 de 5
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