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"La clave del buen escribir, es saber parar a tiempo"
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El día más esperado en la vida de Ana ha llegado. Su verdadero amor, Gilbert Blythe, ha terminado sus estudios de medicina y por fin podrán casarse y comenzar una vida juntos. Tras su maravillosa boda, viajarán a Cuatro Vientos, para llegar a una pequeña casita que se convertirá en la Casa de los Sueños de Ana. Así comienza el quinto volumen de la historia de Ana Shirley. Otro "recodo en el camino" en el que más aventuras y desaventuras sucederán a lado de nuevos personajes.
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Anne, o bueno Ana, es ese personaje que crece pero permanece fiel a su espíritu. El deleite de seguir leyendo su historia es reconfortase con ver como podemos crecer y aun tener esa chispa que nos caracteriza. En este quinto libro, la vemos convertirse en una señora, pero que no asuste la palabra; simplemente madura un poco más, comprende el papel de esposa y le gusta, pues se ha casado por amor y el estar en el hogar no le molesta. Y como suele suceder, Anne terminará ayudando a los personajes que se suman en esta entrega, desde un viejo cuidador de faro, una señora con fuerte opinión respecto a los hombres y a una desdichada muchacha cuya vida ha estado llena de tragedia.
A comparación de los otros libros, este tiene trata temas más serios y más tristes. Si bien, antes las desaventuras eran problemas del corazón, aquí van más sobre las responsabilidades de la vida, lo duro que esta puede ponerse, la melancolía e incluso el duelo. Fue refrescante en ese aspecto, pues nos deja en claro que Anne ya no es la niña pecosa de Tejas Verdes, pero, en el fondo sigue igual de vivaz que siempre, pues su espíritu persiste a pesar de las adversidades que el toca vivir.
Una de estas adversidades es bastante triste y no puedo indagar en ella porque sería spoiler, pero me dolió mucho ver tanto a Anne como a Gilbert pasar por esta situación, aunque la autora no indaga mucho en su dolor, uno puede intentar imaginarlo; lo que lo vuelve más doloroso. Aun así, fue bonito ver como Anne va superando poco a poco, como esto la hace cambiar su perspectiva respecto a la vida y que sigue sonriendo, tal vez no como antes, pero vuelve a hacerlo.
El resto de los personajes me agradaron mucho, incluso me hicieron reír. Tenemos al Capitan Jim, que cuida el faro del puerto y viene a ser esa voz de experiencia y compañía reciproca para Anne, realmente me lo imaginé como un viejo fuerte y lindo, me gustó mucho su historia y las reflexiones que también decía. Por otro lado, esta la Señorita Cornelia, una mujer de opinión, no le agradan los hombres y lo dice cada vez que puede; resulta un buen contrapeso al Capitan Jim y se meterán en buenas y divertidas discusiones, también tenemos a Leslie, la desdichada vecina de Anne, quien tiene que pasar infortunio tras infortunio sin ninguna esperanza en el horizonte, ¿o quizá si? Nuestra pelirroja querida, los escuchará, querrá y ayudará; y le corresponderán de la misma manera. Realmente se sintió mucho cariño entre todos y eso también me gustó, fue una muy linda comunidad en la que Anne pudo pasar esta etapa de su vida.
El libro continua el formato de los anteriores: nuevo lugar, nuevos personajes y una nueva etapa para Anne, la belleza de este recae en las distintas historias que se entrecruzan y por ello, junto con Ana de la Isla (libro 3), esta quinta entrega se debe volver mi segunda favorita. Se los recomiendo si quieren leer una historia costumbrista con muchas lecciones y paisajes encantadores.
¡Bonitas Lecturas!
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